Pregón 1997


PRELUDIO

¿Fue en el siglo V? ¿Fueron los S. VI-VII a.d. C.? ¿Fue en el siglo...? Fue una mañana de luz cuando las trompetas de la paz sonaron sobre los montes pelados de la antigua Helade. Llamaban a la convivencia y al amor a todas las pequeñas aldeas que habitaban los valles de la antigua Grecia. Anunciaban que la vida había podido a la muerte, que la paz estaba sobre la guerra, que la fiesta era la verdadera vocación del hombre. Y las chozas hechas de barro y de sol, de miedo y cariño se estremecieron de gozo ante el anuncio jubiloso de los juegos Olímpicos. Y los habitantes de las aldeas o, al menos, alguna representación o embajada, anunciaron su marcha hacia Olimpia convertida por unos días, al menos, en ciudad de la paz.


PUEBLOS CULTOS Y SABIOS DE LA ANTIGÜEDAD

Sabía mucho de esto y celebraban con todas las riquezas de su sabiduría, con todas las galas de su corazón, las fiestas de sus gentes. La vida normal se paralizaba, se firmaban treguas y las guerras todas se detenían al conjuro mágico de la fiesta y los juegos olímpicos.Ante el pregón solemne y jubiloso de los juegos olímpicos o fiestas panateneas descansaba el ágora y el arado, el comercio y el trabajo, la mula terca y laboriosa, los bueyes perezosos y los perros diligentes y corredores.

Se reunían las familias venidas de todas las pequeñas aldeas de la antigua Helade, se ofrecían sacrificios a los dioses y mil ofrendas más, implorando la prosperidad, la salud y la vida para todos los participantes. Se daban gracias por las cosechas recogidas y se pedían nuevas fuerzas e ilusiones para el invierno frío y desapacible que se avecindaba.

El pueblo griego, el pueblo culto creador de la belleza, de la filosofía, del arte y del saber, creador de la canción, de la política y la democracia, el deporte, de la música y la literatura, del riesgo y la aventura que rompió los límites de sus fronteras, buscaba puertos desconocidos para su comercio, descubrió que el hombre es la medida de todas las cosas y que nada hay más hermoso que el hombre; pero además aprendió que ese hombre estaba hecho para la fiesta, la alegría y el amor, para el encuentro y la amistad.

A ello dedicaba todos sus esfuerzos y todos sus afanes.

Y es que llegaban las fiestas y las poetisas más ornadas cantaban a sus héroes y alimentaban la esperanza de un ueblo que vivía la vida y la fiesta.


ESTAMOS DE FIESTA ¿QUIÉN NOS LO DICE?

Nos lo ha dicho este sol magnífico que se pasea radiante por este cielo azul, purísimo, castellano. Nos lo ha dicho el aire madrugador que jugaba al escondite "esta mañana" entre las ramas de los árboles con susurros apenas contenidos y que luego se colaba por todos los rincones de la casa, de nuestro corazón anunciando la alegría de la fiesta. Las trompetas de aquel primer espíritu olímpico, del espíritu de los juegos que, rodando por los surcos de la historia, llega en esta tarde luminosa hasta las puertas del corazón bejarano repitiendo dulcemente: "Estamos de fiesta... estamos de fiesta".

Nos lo ha dicho la liturgia de la Iglesia que viste sus ropas de morado-esperanza y sus cantos tristísimas melodías y su palabra santa y recogida.

Nos lo están diciendo las voces que siguen resonando en este convento donde tantas veces se predicó a Dios y donde se seguirá anunciando su Evangelio gracias a todos aquellos que han hecho posible esta bella y acertada restauración. Para ellos, señoras y señores, pido un fuerte aplauso.


¡QUÉ CELEBRAMOS!

CELEBRAMOS la vida

Celebramos la vida, Celebramos la fe en la vida, la amistad limpia e inmensa que llena toda la tierra, la fraternidad entre los corazones de un pueblo que se ama y quiere vivir la vida en común con todos sus hermanos: Las vidas llenas de amargura o tristeza, las vidas cuajadas de ilusiones y esperanzas, la vida sencilla de nuestro corazón la vida ajetreada, inquieta y nerviosa de las almas que no descansan.

Vida festiva

La vida festiva llena de amor y amistad. Hoy paramos nuestros motores, saboreamos el paso del tiempo y del amor, contagiamos fe y amistad al recordar el pasado, al revivir el presente, al proyectarlo hacia un futuro venturoso y feliz. No es celebración de un día. Es la explosión que recoge toda la riqueza espiritual de un pueblo que durante el año ha ido desgranando día a día sus penas, su vivir sencillo y lleno de amistad. Y recoge toda la riqueza espiritual y material de nuestro pueblo durante todo el pasado de un año. Lo hacemos nuestro en el momento actual y lo proyectamos hacia un futuro misterioso y atrayente.

Todas las ilusiones del alma, la honradez de nuestros hombres y la virtud callada de esas mujeres que han hecho de su vida un silencio sagrado pero eficaz.

Estamos reviviendo el coraje, el valor y la entrega de un pueblo que lucha por sus hijos, por sus ideales, por su vida misma. Por eso la fiesta no es flor de un momento, es una explosión que recoge, enciende y alienta algo hondo, profundo y humano. Algo inevitable que repercute en un futuro cercano.

La fiesta está cargada de contenidos hondos que nos afectan gratamente. La fiesta relaciona todo lo que de una forma u otra nos potencia, nos libera, nos realiza, nos afirma, todo aquello que de alguna manera nos produce felicidad. Porque la fiesta es alegría, esperanza; es la explosión de todo el año que se resume en unas pocas horas, gritando a todos que "estamos vivos, que queremos vivir y sonreír y ser amigos de Dios". Que queremos celebrar estos días las alegrías serenas de cada corazón. Esos son días de encuentro, días de fiesta y esperanza, de impulso hacia metas mejores y más claras, estos son días en los que tomamos conciencia de que vamos en un mismo barco y un mismo día nos encontramos en algún lugar.

Vida triste

Celebramos la tristeza desesperante de nuestra vida, la amargura dolorida de Béjar, que llora y acompaña con su cruz el paso del Nazareno.

Ya olvidó el alegre repiqueteo de los telares que arrullaban machaconamente todos los rincones de nuestra ciudad y la acariciaban con una canción que sabía a pan y casa, a traje nuevo y coche, libros, ropa, esperanza e ilusiones.

Celebramos las horas tristes de nuestra vida, que hacen madurar el corazón y nos acercan a Dios. El pueblo cristiano recoge con emoción sentida esta herencia y llora entre lágrimas de fiesta la pasión de Jesús, su propia pasión. Béjar, enlutada y triste, celebra el paso de la vida a la muerte; el paso de la muerte a la resurrección. No olvidemos que siempre hay un tercer día de resurrección, día de resurrección para el que Béjar se prepara con ternura infinita.

Nunca se entendería la pasión si no la hubiera vivido en su carne. Béjar la vive en su carne, y la llora en su corazón, en las calles de su pueblo, en las imágenes de sus iglesias, bellísimas, que recuerdan la presencia de un Dios muerto, cercano, amigo.

Porque son Jesús de Nazaret y Béjar los dos auténticos protagonistas de estas horas de pasión y dolor. Bellísimos los versos encontrados en una iglesia de la ciudad, dicen así:

Tú que pasas, mírame,
Todo cubierto de llagas
¡Ay hijo qué mal me pagas!
La sangre que derramé.
Mas espera y te diré,
Pues que tanto padecí;
Si lo más hice por ti,
Que fue morir por salvarte,
Si tu te vuelves a mí
¿Cómo no he de perdonarte?

Son días de lucha, de sufrimiento por el rechazo que hicimos de Dios, de su invitación a seguirle sin trucos ni mentiras.

Jesús busca tu amistad.

Dios quiere ser tu amigo y.... ¿tú?

El pueblo cristiano intuye y celebra las fiestas de su Dios con lágrimas en los ojos y luto en el corazón.

Él nos enseña a sufrir y creer en el amor, y como amor es sufrir, también aprendí a llorar.

Son versos de nuestro poeta Gabriel y Galán:

Cuando pasa el Nazareno
De la túnica morada,
Con la frente ensangrentada,
La mirada del Dios bueno
Y la soga al cuello echada,
El pecado me tortura,
Las entrañas se me anegan
En torrentes de amargura,
Y las lágrimas me ciegan
Y me hiere la ternura...

Yo he nacido en esos llanos
De la estepa castellana,
Cuando había unos cristianos
Que vivían como hermanos
En república cristiana.

Me enseñaron a rezar,
Enseñaronme a sentir
Y me enseñaron a amar,
Y como amar es sufrir
También aprendí a llorar.

¡Oh, qué dulce, qué sereno
caminaba el Nazareno
Por el campo solitario,
De verdura menos lleno
Que de abrojos el Calvario!

¡Cuán suave, cuán paciente
caminaba y cuán doliente
con la cruz al hombro echada,
el dolor sobre la frente
y el amor en la mirada!

Es la única forma de entender a Jesucristo. Así lo ve el poeta, solo, triste, lleno de lágrimas. El que no encuentre aquí a Jesús que desespere de encontrarlo, porque más cerca no lo va a tener jamás. Nuestro Cristo no es un Cristo victorioso sino un Cristo doliente, condenado, ultrajado, despreciado. La imagen de Cristo doliente siempre es el Cristo muerto en la cruz.


INÚTIL HABLAR

Él sabe que es inútil hablar con el que no ha llorado. Las lágrimas hacen bien; lavan, hacen madurar, ablandan, fecundan, capacitan para la comunicación y la comunión. Inútil hablar con el que no ha llorado.

La palabra es semilla y recompensa; es pasión y vida; es acontecimiento y fiesta.

No se puede tirar la palabra ni echársela a los puercos para que la pisoteen.

Es inútil hablar con aquel que no te va a escuchar, con aquellos que no te van a entender. Los que no lloran, son incapaces de escuchar la palabra. No solos "Dolorosa" pero el sufrimiento nos puede hacer bien. No estamos hechos para el sufrimiento pero lo necesitamos, como la poda del árbol para que pueda crecer provechosamente.

No sé por qué, y no sé cómo, pero las lágrimas y el dolor te acercan a Dios por eso representamos al Señor siempre dolorido. Las lágrimas te ayudan a valorar lo que tienes y lo que recibes. Si quieres hacer bien a alguna persona, hazle comer alguna vez su pan con lágrimas.

Es inútil rezar si no riegas tu oración con lágrimas. No podemos hablar con Dios mascullando fórmulas.

Tú eres nada, Él es todo. Pero también es verdad que se ha hecho pobre para que te acerques desde tu pobreza.

El que llora lágrimas, es como el que ha perdido su amor. Su vacío jamás nadie lo puede llenar, los cristianos conciben así a Cristo.

Un Cristo amigo y cercano, trabajador, compañero siempre abierto al otro.

Un Cristo que es el hombre de nuestro pueblo, de nuestro barrio. Comparte el cigarro, la cerveza, el sol de cada mañana y el corazón amigo.

Fue en el camino de Palomares.

Intento hacer autostop, cuando llega un camión cargado con grandes pedruscos y una sonrisa abierta y cariñosa. Se ofrece a llevarme hasta el pueblo. Pienso que le coge de camino y acepto con gusto su hospitalario camión y su amistad sincera. Pero apenas inicia la marcha cambia de dirección hacia el pueblo y co las piedras sorprendidas y recelosas; con mi extrañeza primero y luego con mi admiración; con una sonrisa amplia y generosa enfilamos carretera arriba hacia Palomares.

Y allá me presento en mi camión orgulloso y feliz con mi amigo Jaime Calleja.

Decían los griegos: Tened cuidado, que los dioses andan disfrazados de pordioseros. Yo os digo: Cuidado, que nuestro Dios puede viajar en la cabina de un camión.

Y lo celebramos participando activamente en la fiesta. Y en la comunidad es donde tiene verdadero sentido y nosotros la sentimos más nuestra. Nuestro es el cielo de hoy y las estrellas que nos iluminan, la luna que acompaña nuestros pasos de paz.

Nuestros recuerdos tan grandes en los mayores y tan vivos en los más pequeños, nuestras ilusiones de todos los corazones y el recuerdo de todos los que pasasteis por la misma escuela y jugabais al marro en la plaza y recorríais los campos con un balón roto o en busca de algún conejo despistado de aquella famosa "leñera" cuajada de conejos sin fin, o ibais a "a rebusco" por entre los viñedos que llenan vuestros campos llegando tarde a la escuela.

La fiesta de hoy nos recuerda las costumbres de nuestros antepasados, el memorial de nuestro pueblo sencillo pero vivo y noble. Es día de recordar que por aquí pasaron los hombres de siempre con su empuje y su entusiasmo, que aquí ofrecieron su amor las madres de un pueblo noble y sincero.

Cantos, guitarras, alegrías, cohetes, música, risas, saludos con la llegada de tantos hijos del pueblo que se unen hoy a nuestra celebración, a nuestra fiesta y recuerdan su escuela, los prados igual de verdes que siempre, los árboles de aquella plaza de hojas mustias, verdisecas, acostumbrados a los juegos eternos de los niños, que siguen sonriendo y haciendo trampas como entonces; las fuentes siempre alegres y madrugadores, las calles con aquel permanente socavón, donde tropezaban los viejos y los niños, pero hoy más limpias y renovadas.


COMPAÑÍA

Es importante que vivamos juntos la vida y aprendamos a sentirnos peregrinos de un mismo barco, asumiendo cada uno su propia responsabilidad. Nosotros podemos señalarte el camino de la fuente y enseñarte el agua fresca y cristalina, pero no podemos beber por tí.

Lucha fuerte por la vida,
la vida es felicidad
y tienes que merecerla
si de ella quieres gozar.
Cada uno de nosotros ha de trabajar
para gozar de la felicidad.
La vida es tristeza a veces
y tragedia y soledad,
pero el cielo tiene estrellas
que en la noche brillarán,
si tus lágrimas les dejan
brillar en la oscuridad.

Para que los días de tristeza, agobio y soledad sepamos seguir viviendo juntos, compartiendo todo lo que tenemos, bueno o malo, feo o hermoso.Pero la fiesta requiere compañía, peor eso nos hemos reunido y tenemos que compartirlo todo. Es una necesidad del corazón humano,

Una pena entre dos
es menos pena;
la alegría es mayor
si se reparte.

Hoy me corresponde a mí el honor de anunciaros y de pregonar la gran noticia: "Estamos de fiesta y la alegría, la esperanza y el encuentro están dentro de nosotros".Esta noticia para los que celebramos las fiestas, hijos del pueblo, vecinos que pasáis todo el año haciendo de vuestro trabajo una corona de esperanzas, hijos del pueblo que vivimos fuera y al conjuro mágico de estas fiestas acudimos para revivir nuestras raíces más profundas y nuestros sentimientos más emocionantes.

También se lo decimos a los amigos que nos visitan. Amigos de tantos y tantos pueblos, amigos que nos visitan.

Un pregón es una proclamación de un acontecimiento que reagrupa los sentimientos más íntimos y sinceros de la persona. Es la proclamación de un acontecimiento cercano y feliz.

Se necesita compañía para poder gozar, para saborear mejor la fiesta, para estar más cerca y más lleno.

Hay que compartir todo. Es una necesidad del corazón humano; una fiesta solos no es fiesta ni es nada.


NUESTRA ACTITUD ANTE LA FIESTA

CREYENTES


Es fiesta de creyentes, de hombres de fe que cuentan con Dios en su vida y saben que Él lo llena todo con su grandeza y su amor. Y Dios con su presencia, la más hermosa realidad, el más bello acontecer, sobre la tierra lo empapa todo de su divinidad, dándoles una dimensión distinta más rica y formidable. La vida del pueblo es también divina; el amor de los jóvenes es liturgia que hace presente a Dios en sus almas; las penas quedan aparcadas, consagradas, bajo la mirada piadosa de nuestro Padre Dios. Los gozos de la vida son asumidos en su resurrección como las penas se mezclan en su pasión.Las cosas todas quedan santificadas, bendecidas y hechas misterio y amor, Eucaristía y sacrificio porque lo ame nuestro Dios que nos ha dado el poder de consagrar todo a su nombre, el poder de hacerlo presente en nuestro mundo, con un altar gigante y grandioso.

Nuestras calles, nuestras ilusiones, nuestra fe, nuestros pecados, nuestra liturgia y las canciones de todas de fuera y dentro de la iglesia, todo el latir y pensar de un pueblo son cosas de Dios, porque todo es gracia para el que cree.

La vida cobra un sentido inmenso, insospechado, maravilloso; toda la vida del pueblo se alarga y se estira, trasciende más allá de su propia y genuina personalidad humana. Las fuentes y manantiales del campo son los mismos y el fuego cariñoso del hogar y los bosques y animales todos que lo llenan de misterio y de vida; pero todo es sagrado porque Dios vive allí.


ADIÓS

En Béjar tenemos dos cofradías con un mismo objetivo y diferente trayectoria histórica. La cofradía del Crucificado es joven, apenas 5 años de vida, fue fundada por Benjamín Torrico, Isabel de Frutos, Pepe Muñoz y Yuste.

Empezaron sacando al Nazareno por 1ª vez contando con la colaboración del nuevo Párroco, Bernabé. Al año siguiente sacaron el "Amarrao" y con una fuerza cada año van introduciendo y ampliando su imaginería y su devoción.

Tienen 275 cofrades. Que pagan un recibo de 1.000 ptas. al año. Luis fue el presidente, ahora lo es Juan Hernández.


La Santa Vera Cruz

La Santa Vera Cruz, cinco veces centenaria. Su finalidad, como indica su reglamento, es fomentar, cultivar y promover todos los actos donde la Cruz sea el signo fundamental de la celebración. Es curioso que el cofrade tenía que dar el nombre de la mujer según los últimos estatutos, que son del 1.878.

Otro dato es el que no se puede ser cofrade si no se comulga los días preceptivos, aunque se sea hombre de buenas costumbres.

Tiene más de 300 asociados o hermanos y una rica Imaginería.


El temor del Señor, de las tinieblas
Arranque es del saber;
Mas la confianza en Ti, Jesús, luz de la vida,
Es colmo de ese saber.
En la ceñuda cumbre del rocoso Sinaí,
Tu Padre envuelto tras negra nube,
Erizo de relámpagos
Cual horno el monte humeaba
Estremeciéndose
¡Soy el que Soy!.
tronaba al pueblo al darle
las tablas de la ley que hace el pecado.


SONETO

¿Qué tengo yo que mi amistad procuras?
¿Qué interés se te sigue, Jesús mío,
que a mis puertas cubiertas de rocío,
pasan las noches del invierno oscuras?

¡Ah! ¡Cuánto fueron mis entrañas duras,
pues no te abrí! ¡Qué extraño desvarío
si de mi ingratitud el hielo frío,
secó las llagas de tus plantas puras!

¡Cuántas veces mi ángel me decía:
Alma, asómate agra a la ventana,
verás con cuánto amor llamar porfía,

y cuántas, hermosura soberana,
mañana la abriremos, respondía,
para lo mismo responder mañana!